Cronicas de Inem (parte 2)

Hace mucho que no voy al Inem, siempre esta petado de gente y hace un calor insoportable, además de haber colas interminables. El simple hecho de estar allí y decir “estoy parado” no tiene mucho sentido, ¿verdad? Porque lo que se dice moverse no se mueve uno mucho en esa oficina

Diera la impresión de que los empleados trabajasen con una olla de menudo en el estomago de lo despacio que van. O a lo mejor es que les gusta el calor humano, o tal vez les cuesta demasiado pulsar botones.

Pero fíjate que tiene cosas muy buenas esto de ir al Inem: Puedes enterarte de todos los cuchicheos que habla la que esta sentada en frente tuya, claro eso teniendo en cuenta que tengan sillas, cosa que en estas oficinas escasea. Al fin y al cabo cuantas menos sillas haya menos se gastan y más gente cabe, y en este tipo de lugares es lo que hace falta

Además, te levantas temprano, y a quien madruga Dios le ayuda. Eso si, para que te ayude en este caso tienes que madrugar mucho o mas bien no acostarte. También puedes optar por acampar delante de la puerta

Puedes aprender varios idiomas, entre ellos árabe y rumano. Es lo que tiene vivir en un país lleno de inmigrantes, que te vuelves bilingüe o racista a la fuerza. ¿Te apetece aprender idioma? (por si acaso pasa guardando las distancias, evitaras la malaria, el dengue y la gripe porcina)

Mirar los letreritos que hay colgados por allí también es buena opción, quizás haya alguien que busque cubrir un puesto de limpia-cristalero de semáforo, o de gorrilla. De esta forma, puedes aceptar el trabajo de gorrilla y rajarte en el último momento, conseguirás un chaleco reflectante gratis

Ves, por ir al Inem te podrías estar evitando por la noche un atropello, aunque también tienes la opción de no salir de casa

¿Quiere formar parte de la plantilla y ser un Inem-pleado? Solo tiene que cumplir nuestro decálogo del buen oficinista

(Esta tarde, EL DECALOGO del buen oficinista, no os lo perdáis)